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De la boca de mera carne, brotan siempre las palabras que son necesarias. Ya sea un nada, ya sea clamor, ya sea vida, ya sea nada. De los dedos que son clavos, que son espinas que son clavos, brotan líneas que forman alambres de puas y hiedras, que arrancan sangre y más líneas.Del sexo que es penumbra regida por el caos, brota la vida que es olvido, la que se perdió entre la maleza y la bruma y manos ajenas. Son los ojos que son de almendro, que son de todos pero no son de nadie, por que lo son todo... no brota nada. No dicen nada, son mudos. Por que no son una ventana sino un espejo. Como todo lo que brota del pecho, al caer al suelo no le es suficiente una colisión y desperdigarse como nueva lluvia, sino que hay gotas que absorben la tierra y otras que permanecen intactas. De la tierra se hace el barro, que construye, humanidades enteras, pero nunca mujeres, para eso están las costillas. De las gotas que permanecen, siguen siendo espejos, como los ojos.

Pero siempre, después del barro, de los espejos, llegará el fuego que lo haga levantarse entre el polvo y resurgir. Alejándose siempre de la semilla que no quiso ceder para retener. El deseo de elevarse y transformarse en nube y vaho. Ser respirado o no. Pero formar nubes. Para después llover sobre otras pieles, otras tierras otras semillas. Dejándo en su camino erosión, vida y muerte. Para una roca, erosionar, deslavar no son lo mismo que pulir. Para la flor, llover, rociar no son lo mismo que ahogar.

Por que de todas las semillas que brotan, de la boca, de los dedos, del sexo, de los no ojos, del pecho, permanecen las que caen en lugares más suaves que las nubes que son, más húmedos que el agua que son, más alas y altura que los vapores que son, más fuerza que los diluvios que son.

Es la distancia de los mares, es la altura de las nubes, es el caudal de los ríos.

El agua no es un ciclo, es un estado, es un tiempo y un espacio.

El agua Trasciende.

CG